El Design Thinking es una metodología de aproximación humana enfocada a fomentar la innovación descubriendo ideas basadas en necesidades reales de las personas para generar soluciones a problemas y retos de manera factible, deseable y viable.
El Design Thinking me gusta definirlo de manera holística, es decir, como un mindset- mas allá de una metodología- como una manera de pensar, de hacer, de sentir. Coincido con la visión de Tom Kelley, general manager de la consultora IDEO, precursora en aplicarlo con fines lucrativos.
Si nos ceñimos únicamente la descripción centrada en el pensamiento de diseño nos puede llevar a centrarnos en la innovación dirigida únicamente a productos. Y el Design Thinking va mucho mas allá, a resolver todo tipo de retos/problemas: nuevos productos, servicios, maneras de comunicar, nuevos posicionamientos, formas de trabajar, etc. por lo que ofrece la oportunidad de repensar paradigmas y generar soluciones realmente impactantes.
Especialmente dentro del sector de las industrias culturales y creativas. Ya que es un sector donde las emociones, juegan un papel importante, y no podemos perder de vista al usuario final, nuestra audiencia, por lo que el trabajo de la empatía es fundamental.
El Design Thinking es un proceso no lineal e iterativo compuesto por varias fases interconectadas:

- Empatía: En esta fase, se busca comprender las perspectivas, necesidades y aspiraciones del público objetivo. Esto implica realizar entrevistas, observaciones e investigaciones inmersivas para obtener una profunda comprensión de las experiencias y desafíos de los usuarios dentro de las industrias culturales y creativas.
- Definición: En esta fase, se sintetizan las ideas obtenidas para definir los problemas o oportunidades clave. Se busca reformular los planteamientos iniciales y formular enunciados de problemas centrados en las personas, que se enfoquen en las necesidades y deseos de los usuarios.
- Ideación: : Esta fase fomenta el pensamiento divergente y la generación de ideas creativas. Los participantes exploran múltiples posibilidades, desafían suposiciones y piensan más allá de los límites convencionales. El objetivo es estimular ideas radicales que impulsen soluciones transformadoras.
- Prototipado: En esta fase práctica, las ideas se transforman en representaciones tangibles. Los prototipos pueden ser modelos físicos, bocetos, maquetas o incluso simulaciones interactivas. El objetivo es aprender y obtener comentarios rápidos de los usuarios para mejorar y refinar las soluciones propuestas.
- Testeo: En esta etapa, se someten los prototipos a pruebas con los usuarios finales. Se recopilan sus comentarios y se evalúa cómo interactúan con las soluciones propuestas. Este proceso iterativo de prueba permite aprender de los usuarios y realizar los ajustes necesarios antes de la implementación final.
Veamos la aplicación de Design Thinking dentro de las industrias culturales y creativas con la app WeGoW. Una aplicación móvil que ofrece servicios relacionados con conciertos y eventos en vivo. Su diseño y desarrollo ha seguido los principios del Design Thinking.
La plataforma permite a los usuarios descubrir, comprar boletos y obtener información sobre conciertos, festivales y espectáculos en su área.
Pero lo diferencial de esta app, ha sido el hincapié en la fase de EMPATÍA, de encontrar una verdadera necesidad, o punto de dolor “no tengo con quien ir a los conciertos que me gustan” y le ha dado la vuelta convirtiéndolo en una característica diferencial de este proyecto.

Como ves, como emprendedor tienes que dedicar mucho tiempo e ingenio a proponer ideas y a materializarlas. Pero lo puedes hacer mucho mejor y más rápidamente con las herramientas necesarias para que brote tu empatía y creatividad. Con design thinking vas a poder hacer saltar esa chispa creativa clave en el proceso de buscar nuevas soluciones orientadas a necesidades reales. El Design Thinking, este método de innovación centrado en las personas, ha demostrado ser altamente efectivo para impulsar la transformación en las industrias culturales y creativas. Independientemente en el sector que quieras emprender, como en el rural, podrás darle una vuelta a tus productos, servicios o modelos de negocio con una capa de innovación que los va a convertir más diferenciales, competitivos y con un impacto adaptado al contexto y al público al que te diriges.

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