La “resaca” de la pandemia nos ha dejado en claro que la digitalización de los negocios se vuelve cada vez más cotidiana, y esto incluye, por supuesto, a aquellos emprendimientos de todos los sectores y a los que se llevan a cabo también en zonas rurales. Si nos centramos solamente en las tiendas virtuales, ¿por qué estas son tan importantes para las iniciativas de las industrias creativas y culturales fuera de las ciudades?
Sabemos que la aceleración de los procesos de digitalización tras la pandemia se ha vuelto común en prácticamente todos los emprendimientos sin importar su sector, incluyendo sin lugar a dudas al de las industrias culturales y creativas, y que estos pueden ser de gran ayuda para las iniciativas que se gestan y desarrollan en el ámbito rural. Entre muchas de las herramientas que pueden utilizar al día de hoy, las tiendas virtuales pueden considerarse una pieza clave para este tipo de emprendimientos. Estas son 3 razones que lo explican:
1. Una tienda virtual en pocas horas
La primera razón aplica no solo para emprendimientos de las industrias culturales y creativas sino para todos en general: montarse una tienda virtual ya no es complicado como lo era hace 5 o 10 años atrás y ahora los usuarios se han acostumbrado más a su uso (son pocas las personas que nunca han realizado una compra en internet). Es así que tener un e-commerce puede tomarnos apenas unas horas con plataformas como Marketplace, Shopify, entre otras.
Es así que desde las zonas rurales podemos vender a cualquier parte de España (o del mundo, según nuestras posibilidades). Ya no es necesario tener presencia de productos en las tiendas físicas de grandes ciudades, sino que, bien gestionado, podemos vender desde la comodidad de nuestros hogares (sin perder el tan preciado contacto con la naturaleza que tenemos en las zonas rurales).
2. Menos gastos y más capital para el negocio
La segunda es el ahorro que nos supone no tener que invertir en un local físico para vender, lo que significa que habrá un dinero que puede ser redirigido para potenciar otros aspectos del negocio. Es así que lo que dejamos de gastar en alquiler de una tienda podemos utilizarlo, por ejemplo, para mejorar la logística de entrega de los productos o algunos atributos de estos.
Hacer más rápidos los tiempos de entrega o mejorar la presentación de los productos puede ser una razón para subir ligeramente los precios, pero, sobre todo, es un método para fidelizar clientes, quienes percibirán mayor valor en lo que les ofrecemos.
3. Productos y servicios culturales en internet
Y la tercera es que los productos y servicios de las industrias culturales y creativas también tienen cabida en internet. Pueden ser lo más comunes como artesanías o productos relacionados a producciones musicales o teatrales (CD’s, merchandising) hasta los más complejos como entradas para conciertos o funciones que se realizarán en zonas rurales.
Tener un e-commerce montado con productos y servicios de, por ejemplo, nuestra productora teatral o nuestro taller de artesanías también nos ayuda a hacer ventas “cruzadas”. Por ejemplo: si un usuario nos compra una entrada para la función del teatro, luego se le puede ofrecer alguna postal con una imagen del espectáculo.
O, incluso, con una tienda virtual se pueden formar alianzas con otras empresas del entorno rural. Este es el caso de un pueblo en el que se asocian restaurantes, hoteles, guías turísticos y artistas para ofrecer un paquete completo a los visitantes.
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