Cuando creamos un plan de empresa ya es tradicional formular un DAFO, que es un modelo en el que se explican las Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades de nuestro proyecto. Como se sabe, los dos primeros son puntos débiles internos y externos; y los otros dos son puntos fuertes internos y externos. Es así que, cuando se habla de oportunidades, nos referimos a aquello que sucede fuera de nuestro emprendimiento (que no controlamos) y que nos puede beneficiar a corto, mediano o largo plazo (que nos puede otorgar una ventaja competitiva). Un ejemplo puntual es si vendiésemos comida saludable y en el mercado se esté dando una tendencia al alza del consumo de productos que no sean “ultraprocesados”.

“… la digitalización no debe entenderse (solamente) como estar en redes sociales o tener una página web.”

Teniendo esto en cuenta, ¿por qué la digitalización es una oportunidad clara para los emprendimientos de las industrias culturales y creativas que se originan y desarrollan en el mundo rural? Para responderlo, es clave saber que la digitalización no debe entenderse (solamente) como estar en redes sociales o tener una página web. Es decir, no tiene que ver solamente con cómo comunicamos sino, de manera más general, en cómo emprendemos (o hacemos empresa). Por lo tanto, intervienen otras áreas como la gestión, el marketing, la logística o las ventas.

Nos encontramos en un momento en que la digitalización ha sido acelerada por necesidad tras la pandemia, y que se encuentra de manera constante en agenda por parte de las instituciones públicas. Un hecho puntual relacionado a lo último es que la digitalización (llámese también transformación digital) puede ayudar a alcanzar los Objetivos Sostenibles de las Naciones Unidas. Por lo tanto, es entendible que la mayoría de países estén apostando por ayudar o impulsar proyectos que justamente tengan que ver con la transformación digital.

Más allá de las ayudas o subvenciones a los que podamos postular, también debemos observar cómo es que la digitalización es una oportunidad respecto a nuestro día a día y en cómo gestionamos nuestros emprendimientos. Gracias a la digitalización (y a su fomento) también se han vuelto más accesibles las aplicaciones o software que nos permiten el trabajo cotidiano. Tenemos a nuestra disposición herramientas gratuitas de comunicación como Google Meet o Zoom, y otras de gestión de la productividad como Slack o Trello. Es decir, lo que antes estaba reservado para grandes empresas o que tenían un costo elevado, ahora son comunes en nuestras actividades.

Otra forma de ver a la digitalización como una oportunidad es el ahorro de dinero que nos supone, por ejemplo, no tener que arrendar un espacio físico dado que en la actualidad es muy fácil tener una tienda virtual que nos permita vender para España o para cualquier parte del mundo. Si nuestro emprendimiento va sobre productos, es posible tener un negocio “glocal” (global desde lo local) sin tener que alejarnos de nuestro espacio rural. Esto es importante para los emprendimientos de las industrias culturales y creativas que normalmente suelen empezar con un capital muy bajo y tienen que “apretarse los cinturones” durante un buen tiempo.

Aunque antes habíamos mencionado que la digitalización no tiene que ver solamente con el tema de la comunicación, es innegable que gracias a las redes sociales y a tener una página web muchos emprendimientos del ámbito rural pueden darse a conocer a escala nacional e internacional. Por tanto, si se tratase de una compañía de teatro o de guías turísticos (que prestan servicios), se podría aplicar una estrategia de comunicación digital que permita, por ejemplo, tener un dossier web en el primer caso; o pre-vender tickets de servicios a los visitantes que estén próximos a visitar nuestra ciudad, en el segundo caso.

La digitalización es, por tanto, una oportunidad que, más allá de ser “una fija” en nuestros análisis DAFO, debemos tener muy en cuenta al momento de atrevernos a emprender porque, tal como se ha comentado, nos encontramos ante una “ola” en la que todos, sin importar nuestro sector, deberíamos subirnos.